5 de enero de 2005

D. LA RELIGIÓN


La religión romana es una religión politeísta, emparentada con la religión griega antigua. Estudiando la misma historia de la nación romana, podemos apreciar y entender sus fundamentos: el primer rey, Romulo, se concentra sobre el arte militar y hace de Roma una verdadera potencia. El segundo rey, Numa, ofrece a los Romanos una nueva fuerza: la de luchar por una buena causa, los dioses...



Los romanos creen en un cierto número de potencias divinas: los dioses. La potencia de los dioses inquieta, por lo que los romanos intentan vivir en buena armonía con ellos, reconociendo su superioridad, y rindiéndoles culto a través de los ritos. Podríamos decir que la religión es un acto la "diplomático" con los dioses: se busca la paz de los dioses. La finalidad del culto no es ni personal ni del más allá, sino que es colectiva y terrestre. Por tanto, la religión es el conjunto de las prácticas rituales cívicas que buscan el bienestar de la ciudad.


Los romanos practicaron, indistintamente, durante toda su historia, dos rituales de entierro o llamados también rituales funerarios: por inhumación o por incineración.


En el Imperio Romano, durante el siglo III se vivía una crisis enorme, con guerras civiles constantes, invasiones de pueblos bárbaros, emperadores asesinados uno tras otro, y un pueblo que fue dejando de creer que ser romano era un privilegio, que perdió el orgullo de pertenecer a ese fantástico Imperio de Augusto, Trajano, Adriano y tantos otros hombres talentosos.


En el marco de esa crisis, también los Dioses fueron cayendo en desgracia, se fueron mezclando con ídolos orientales y otras religiones de pueblos vecinos, que en el marco de la total libertad de culto romana hacían crecer su influencia sobre un pueblo descreído.


Una de esas religiones, el cristianismo, iba aumentando poco a poco su caudal de seguidores, pero no sin sufrir de vez en cuando fuertes persecuciones, así como también edictos de los emperadores de turno que los obligaban a rendir culto a los paganos.



El cristianismo no aceptaba otro Dios que no sea el suyo, por eso no pudo agregarse a las religiones romanas, ya que las excluía a todas, de la misma manera que lo hacía el judaísmo.


En 285 toma el poder Diocleciano, y allí se produce una de las más sangrientas persecuciones de la historia: el emperador pudo ver el peligro que representaba para el Imperio Romano tradicional la propagación de una religión tan distinta en su espíritu a las religiones clásicas.


Sin embargo, luego de la guerra civil que envolvió por muchos años a los tetrarcas, con las victorias de Constantino sobre Majencio, Maximiano y Licinio, el nuevo gobernante único de Roma se dio cuenta del poder que podría representar la nueva religión si se ponía de su lado, necesitado como estaba de asentar su gobierno con una sólida base.

Constantino no fue cristiano ni por un solo instante, y esto se deduce por sus acciones poco piadosas (venció a sus enemigos a sangre y fuego, ejecutando a quién le pudiera hacer sombra, como por ejemplo hizo con Licinio, y asesinó a su hijo y su esposa a sangre fría) y por el hecho de que si bien les dio a los cristianos libertad de culto (Edicto de Milán, 313), jamás prohibió un solo Dios pagano, ni persiguió a los que practicaban estos cultos.Pero sus intervenciones en el Concilio de Nicea, en 325, fueron de imponer la unidad de acción en el cristianismo, condenar la herejía del arrianismo, para que la religión fuera fuerte y unida, y oficializar el cristianismo que a partir de allí usaría toda la estructura del estado romano y acompañaría al emperador siempre en sus decisiones.


Constantino hizo del cristianismo un instrumento de poder en el cual se irían apoyando cada vez más los emperadores romanos, siguiendo su ejemplo.


Aquí termina de establecerse el cristianismo como religión oficial, apoyo del nuevo estado romano, que poco a poco iría evolucionando hasta alcanzar enorme influencia e importancia, que sería fundamental durante los mil años más de vida del Imperio Romano en oriente, o Imperio Bizantino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario